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miércoles, 31 de julio de 2013

La felicidad ahora y en el futuro LIBRO Corazón abierto Mente lúcida de Thubten Chödrom

Una vez que hayamos entendido los inconvenientes del apego, tomaremos la determinación de liberarnos del aferramiento a la felicidad de esta vida y a todos los sufrimientos que trae consigo. Desde luego, aún queremos ser felices aquí y ahora, pero no estaremos obsesionados con obtener todo lo que pensamos que necestiamos o queremos. Además, reconoceremos la importancia de desarrollar una preparación adecuada para las vidas futuras.

El método principal para preparar las vidas futuras y eliminar la confusión de la vida presente consiste en obtener el principio de causa y efecto -karma-. Para ello, hemos de abandonar las acciones perjudiciales y practicar las acciones beneficiosas.

Para conseguir el principio de causa y efecto debemos adiestrarnos en las técnicas para dominar el apego burdo, el enojo, la envidia, la ignorancia, la duda engañosa y el orgullo. Aunque la sabiduría que realiza la vacuidad es el camino último para dominar estas actitudes perturbadoras, para nosotros los principantes, la meditación en la impermanencia es en general un buen antídoto

La meditación en la impermanencia nos hace tener presente que todas las personas, objetos y situaciones cambian cada momento. No permanecen igual. Meditar sobre la impermanencia nos ayuda a no exagerar la importancia de lo que nos sucede. Por ejemplo, si estamos apegados a nuestro coche nuevo y nos enojamos porque alguien lo ha abollado, podemos pensar: "Este coche está siempre cambiando. No durará siempre. Desde el día que salió del taller, se ha estado deteriorando continuamente. Puedo disfrutarlo mientras esté aquí. Pero no necesito preocuparme cuando esté estropeado, porque la naturaleza del coche es cambiante".

Hay gente que generaliza este principio y lo interpreta como una concepción del mundo. Esto les lleva a afirmar lo siguiente: "como todas las cosas cambian, no existe nada por lo que vivir". Es cierto que ni las personas que ahora queremos vivirán siempre ni las posesiones o situaciones que ahora nos preocupan durarán eternamente. Esa es la realidad en la que vivimos, y no puede ser alterada. Sin embargo, la impermanencia significa que pueden pasar nuevas cosas. La impermanencia permite a un indefenso bebe crecer hasta convertirse en una persona adulta. La impermanencia significa que nuestro amor, nuestra compasión, nuestra sabiduría y nuestras habilidades se pueden incrementar.

Cada emoción perturbadora posee también un antídoto particular. Para dominar el apego, hemos de considerar los aspectos más desagradable del objeto al que nos aferramos para equilibrar la sobre estimación que hacemos de sus cualidades. Con respecto al enojo, podemos recordar que, como nosotros, los demás quieren ser felices y quieren evitar el sufrimiento. Pero, como las personas que se enojan se encuentran confusas, no pueden recordar este pensamiento y dañan a otros seres Si somos capaces de entender las situaciones en las que se encuentran los demás seres y recordamos la bondad que nos han demostrado, desarrollaremos la paciencia y el amor como respuesta al daño que nos han causado.

Alegrarnos de corazón de la felicidad de los demás, de sus buenas cualidades y sus virtudes, es el remedio para la envidia. Estudiar y contemplar el dharma cura la ignorancia. La meditación en la respiración nos libera del parloteo y de la turbulencia de la duda mental engañosa. El orgullo se remedia contemplando una materia extremadamente difícil, porque entonces nos daremos cuenta de lo poco que sabemos. Otro remedio para el orgullo consiste en recordar que todo lo que sabemos o tenemos procede de los demás, por tanto no existe razón pra sentirse orgulloso por ello.

Calmar estas actitudes perturbadoras y desarrollar el desapego no significa que tengamos que regalar todo nuestro dinero y vivir como mendigos. necesitamos dinero para funcionar en la sociedad. No existe nada intrínsecamente bueno o malo respecto al dinero. Lo que importa es desarrollar una actitud equilibrada hacia él. Disfrutar de unos ingresos elevados es algo positivo, pero si no es así no por ello hemos de sentirnos ingelices ni fracasados. Cuando tengamos dinero, nos sentiremos felices de compartirlo con otros. No intentaremos comprar amigos o jactarnos de nuestros recursos, y por tanto, no sospecharemos de los motivos de aquellos que nos ofrecen su amitad. Como no estaremos obsesionados con tener unos ingresos elevados, no estafaremos a otros en los negocios ni los engañaremos con el fin de ganar más dinero. La gente confiará en nosotros y nos sentiremos avergonzados de nuestras acciones.

Del mismo modo, no existe nada intrínsecamente negativo en tratar de obtener una buena educación o un buen trabajo. Si son o no beneficiosos dependerá de nuestra motivación. si estudiamos y nos adiestramos en cualquier materia con la motivación de ser capaces de ofrecer servicio a los demás, nuestra mente estará serena y estudiar se convertirá en una acción beneficiosa. Así vemos que nuestro deseo de hacer bien nuestros exámenes y nuestros trabajos no proviene de ansiar una buena reputación o de hacer ostentación de nuestra riqueza sino de la aspiración de querer dominar cualquier materia con el fin de mejorar nuestra sociedad.

el budismo no se opone al progreso tecnológico y mateial. En realidad, el progreso puede mejorar la vida de muchas personas. Sin embargo, el budismo subraya la necesidad de equilibrar los intereses materiales y espirituales, porque el progreso externo por sí solo no hace del mundo un lugar más agradable. Las sociedades modernas tienen graves problemas sociales y mucha gente se siente infeliz. Si desarrollamos la energía nuclear pero no carecemos de un sentido moral para discriminar su utilización, ello producirá más perjuicio que beneficio. Si vivimos en sociedades ricas y altamente tecnificadas pero nos encontramos esclavizados por nuestros deseos y nuestra ira, no podremos disfrutar de lo que tenemos.

Por eso, el budismo afirma que el progreso material debe ir unido al desarrollo interno. necesitamos unos valores morales que sirvan de fundamento a una concepción ética que proyecte un sentido de responsabilidad hacia el bienestar de los demás. necesitamos un corazón cálido y tolerante unido a la sabiduría. Entonces podremos disfrutar los avances tecnológicos mientra minimizamos los efectos secundarios no deseados.

Puede parecer paradójico, pero cuanto menos apegados estamos a los placeres finitos de esta vida, más feliz y tranquila será nuestra existencia. Estar desapegado no significa; que "no sintonicemos" con la vida y que no disfrutemos de ella. En realidad es todo lo contrario, porque sin apego nos sentiremos menos ansiosos y más serenos. Esto nos permite relacionarnos con nuestro entorno y con los demás de una manera más natural y cuidadosa. Según vayamos liberándonos del desesperado apego a nuestra felicidad cotidiana, nos sentiremos más capaces de disfrutar de todo lo que nos rodea.

El primer nivel dentro de la determinación de ser libres requiere la aspiración a libearse de los renacimientos desafortunados y de las acciones negativas que causan estos renacimientos. Pero  ¿resuelve todos nuestros problemas asegurarnos un buen renacimiento? ¿Encontraremos una felicidad perfecta e infinita en cualquier renacimiento que tomemos?

Cuando analizamos cómo podrían ser nuestras vidas futuras, descubrimos que tanto si renacemos como un ser humano dotado con todos los dones y libertades como si nos encarnamos en un ser celestial dotado con la capacidad de disfrutar de fantásticos placeres, sensuales, estos renacimientos no son eternos. Es seguro que en esas vidas también tendremos que encarar ciertos problemas. Asegurar un buen renacimiento es, por tanto, un método sustitutorio para evitar un sufrimiento mayor. Ayuda durante un tiempo, pero la felicidad última no se puede encontrar en ningún renacimiento dentro de la existencia cíclica.

Es como ir montando una noria que nunca se detiene: ascendemos y descendemos continuamente. Estamos atrapados en la noria y obligados a dar vueltas tomando un renacimiento tras otro sin ninguna elección.

Mientras estemos bajo la influencia de la ignorancia, de las actitudes y acciones perturbadoras no seremos libres.
Al observar esta situación pensaremos: "Puede que haya muchas cosas agradables que ver desde la noria, pero en realidad resulta aburrido". Comprenderemos que no existe nada en ningún reino de la existencia que sea tan valioso como para apegarse a ello. Todos los placeres de la existencia cíclica son temporales, pero el apego a cualquiera de ellos no compensa el hecho de que tengamos que estar continuamente soportando el nacimiento y la muerte.

Pensar de este modo nos conduce al segundo nivel dentro de la determinación de ser libre. Así, reflexionaremos "es grato obtener buenos renacimientos, pero mientras nazca en cualquier lugar de la existencia cíclica, voy a experimentar problemas y dificultades sin elección. Esta es una situación totalmente insatisfactoria ¡Quiero librarme de ella!"

Deseamos un estado de paz y felicidad infinitos libre de cualquier circunstancia indeseable. Al entender que todas las dificultades de la existencia cíclica están causadas por la ignorancia, las actitudes perturbadoras y las acciones realizadas bajo su influencia, buscaremos un método para liberarnos de ellas y alcanzar el nirvana: el estado de liberación y felicidad. El gran erudito tibetano Lama Tsong Kapa escribió en "The Fundation of all Good Qualities".

"no existe satisfacción en el disfrute de los placeres mundanos. Ellos son la puerta a toda la miseria. Al realizar que el error de todos los placeres de la existencia cíclica es que no se puede confiar en ellos, pueda yo estar resueltamente determinado a lograr el gozo de la liberación. Inspírame así".

El método para erradicar completamente las actitudes y las acciones perturbadoras consiste en desarrollar los tres adiestramientos superiores; conducta ética, concentración y sabiduría. Con la conducta ética, evitaremos las acciones destructivas. Sobre este fundamento, practicaremos la concentración con el fin de dominar las actitudes perturbadoras burdas y adquirir la habilidad de dirigir nuestra mente hacia cualquier objeto de meditación que deseemos, durante tanto tiempo como queramos. Combinando la concentración con la sabiduría, profundizaremos en el significado de la realidad y así eliminaremos nuestra ignorancia, nuestras actitudes perturbadoras y las impreiones kármicas que producen el sufrimiento.

Estudiemos la conducta ética, puesto que es el fundamento de todas las prácticas superiores:

Ética
Relacionarnos con los demás de un modo positivo.

Una vez que hemos comprendido el gran potencial que poseemos, nos interesamos en desarrollarlo adecuadamente. ¿Qué acciones son beneficiosas? ¿Cuáles oscurecen nuestra belleza humana e interfieren en nuestro progreso espiritual y por tanto, deberían abandonarse?
La respuesta la encontramos en la ética.
La visión del budismo sobre la ética deriva del vínculo entre nuestras acciones y sus efectos. Las acciones son "positivas" cuando traen felicidad tanto para nosotros como para los demás. Como queremos felicidad y no sufrimiento, resulta inteligente aprender el funcionamiento del principio de causa y efecto y vivir de acuerdo con él. Al comprender los resultados que producen ciertas acciones, estaremos mejor capacitados para decidir cómo deseamos actuar.

Como línea maestra, Buda aconsejó que evitásemos diez acciones que destruyen nuestra felicidad y la de los demás. Tres de ellas son físicas: matar, robar y mantener una conducta sexual imprudente o poco aconsejable. Otras cuatro son verbales: mentir, calumniar, insultar y conversar de un modo frívolo. Y tres son mentales: codiciar las posesiones ajenas, pensar con malicia y mantener visiones erróneas.

Las tres acciones físicas

Matar se refiere a tomar la vida de cualquier ser consciente. Ésta es la más grave de las diez acciones negativas porque es la más dañina para los demás. Tanto los seres humanos como los animales aman su vida por encima de todas las cosas. A veces, se nos pueden presentar situaciones difíciles en las que matar puede parecer beneficioso; por ejemplo, nuestro país entra en guerra; una persona o animal amenaza con herir a nuestro hijo; nuestra casa está infectada de terminas. Si pensamos de una forma creativa, encontraremos otras soluciones distintas que no nos fuercen a tomar la vida del otro. La diplomacia más que las armas puede detener al agresor, mientras que angañar al animal amenazante, o golparle para dejarle inconsciente puede detener la vida de otros.

Tanto el aborto coo la eutanasia son temas difíciles. Desde una perspectiva budista, ambos tienen que ver con la interrupción de la vida. Sin embargo, raramente se dispone de una respuesta clara y definitiva para cada caso concreto. Tales situaciones desafían tanto nuestra inteligencia como nuestra compasión. Debemos pensar en profundidad sobre las ventajas y desventajas que presentan las distintas alternativas para nosotros mismos y para los demás y después hacer lo que sintamos que es mejor.

Robar es tomar lo que no nos es dado. Este supuesto va desde el robo a mano armada hasta tomar prestado algo de un amigo y no devolverlo. Evitar pagar los impuestos u honorarios que deberíamos pagar es otra forma de robo, así como llevarse objetos del lugar del trabajo para nuestro uso personal.
Con el deseo de evitar el uso indebido de la propiedad ajena prestaremos mayor atención hacia nuestras actitudes y acciones con respecto a las propiedades de los demás. Esto resulta muy útil y ayuda a evitar muchos conflictos con las personas que nos rodean. Además, confiarán en nosotros y estarán siempre dispuestas a prestarnos cualquier cosa que necesitemos. Y tampoco sentirán miedo de que sus cosas desaparezcan cuando nos encontremos en su casa.

El comportamiento sexual incorrecto se refiere principalmente al adulterio; si nos encontramos implicados en una relación -no importa si estamos casados o no- y mantenemos una relación sexual con alguna otra persona; si somos solteros pero nuestra pareja mantiene una relación con alguna otra persona, esto representa también una conducta sexual imprudente. por otra parte, deberá evitarse toda actividad sexual que pueda contagiar cualquier tipo de enfermedad o aquella que pueda producir daño tanto a nosotros mismos como a los demás.

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