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sábado, 6 de julio de 2013

La determinación de ser libre.

Desarrollar el valor de liberarse de las situaciones negativas.


La principal y primera realización del camino es la determinación de liberarse de todos los problemas e insatisfacciones. Ésta surge al reconocer que nuestra situación presente no es completamente satisfactoria y que somos capaces de experimentar una mayor felicidad. De este modo tomaremos la determinación de liberarnos a nosotros mismos de una mala situación para aspirar a una mejor.

Algunas personas utilizan la palabra "renuncia" para referirse a la determinación de ser libre. Este es un término que induce a error porque renuncia sugiere automortificación y ascetismo. De hecho, tanto en sánscrito como en pali ese término no posee tal significado.

La determinación de ser libre es una actitud. No significa que tengamos que abandonar nuestra familia y nuestro trabajo para ir a vivir a una cueva y comer raices. La determinación de ser libre es una llamada de cambio con respecto a nuestra actitud. El estilo de vida que elijamos es otro asunto.
En otras palabras, nuestra apariencia externa no es importante, pero nuestra vida interior si lo es. Llevar una vida ascética no significa necesariamente que uno no esté interesado en los placeres mundanos; una persona podría vivir en una cueva y sin embargo soñar despierta con suculentas comidas y coches deportivos. El problema no se encuentra ni en las posesiones materiales ni en las demás personas. El problema reside en cómo nos relacionamos con ellas.

La determinación de ser libres consta de dos niveles. El primero consiste en liberarse de las dificultades de las vidas futuras y obtener renacimientos felices. El segundo consiste en liberarse de todos los renacimientos ncontrolados dentro de la existencia cíclica y alcanzar la liberación.

¿por qué debemos prepararnos para las vidas futuras? ¿Qué pasa con nuestra vida presente? He aquí las razones. En primer lugar, prepararnos para las vidas futuras hace nuestra vida presente automáticamente más feliz. Para crear las causas para la felicidad en las vidas futuras, necesitamos vivir éticamente. Cuando evitamos matar, robar, llevar una vida sexual imprudente, mentir, calumniar, proferir palabras hirientes, charlar de forma banal, codiciar lo ajeno, actuar con malicia, así como tener visiones erróneas, nos devolveremos más amables de una manera natural. Nos llevaremos mejor con los demás, y les gustaremos, confiarán en nosotros porque habremos dejado de dañarles. También nos liberaremos del arrepentimiento y de la culpa y tendremos un mejor sentido del propósito interior.

En segundo lugar, prepararse para el futuro no es algo tan raro. La maor parte de la gente se prepara para la vejez, a pesar de que es posible que no lleguen a ella. Por otra parte, la preparación que hagamos para las vidas futuras nunca se echará a perder porque nuestra mente continuará después de la muerte.

En tercer lugar, puede que nuestra vida presente no dure tanto, y nuestras vidas futuras comiencen pronto, porque no sabemos cuánto tiempo viviremos. También y puesto que nuestra vida actual es corta comparada con la duración de las vidas venideras, es inteligente prepararse para las vidas futuras.

Las desventajas del apego.

El apego es una actitud que exagera las buenas cualidades de una persona u objeto y se aferra a él; este es el principal obstáculo para desarrollar la determinación de ser libre. La mayoría de nosotros estamos básicamente procupados por la felicidad de nuestra vida presente. Buscamos felicidad para gratificar nuestros sentidos. Siempre queremos ver objetos hermosos o personas guapas y atractivas, oír música que nos guste o escuchar palabras de elogio, oler perfumes maravillosos, degustar comida deliciosa y tocar objetos agradables. continuamente dividimos el mundo entre lo que nos atrea y lo que nos repele. Estamos apegados a lo que consideramos agradable y tenemos aversión hacia cualquier cosa que juzgamos desagradable. Con esa perspectiva tan limitada, a nuestra mente le falta el espacio para considerar la felicidad de las vidas futuras o el gozo de la liberación.

La búsqueda de la felicidad de forma exclusiva es esta vida trae como consecuencia el resultado opuesto. Actuaremos de forma egoísta siempre que tratemos de asegurar los objetos a los que estamos apegados y librarnos de los que nos producen aversión. Estas acciones perjudiciales crean problemas inmediatos al tiempo que van sedimentando en nuestro continuo mental impresiones que generarán experiencias desagradables en vidas futuras.

Por ejemplo, ¿Por qué criticamos con enojo a otras personas? Apegados a nuestra propia felicidad, arremetemos contra los que pueden destruirla. En ese momento, no nos importa si herimos sus sentimientos. A veces criticamos a otros para sentirnos poderosos o para vengarnos. Cuando triunfamos nos sentimos felices: ¡He logrado decirles lo que pensaba! ¡Son unos miserables! Pero ¿qué clase de persona somos cuando nos regocijamos y manifestamos satisfacción por la miseria de otros?

Cuando actuamos negativamente, nos sentimos muy confusos. Si robamos no estamos a gusto con nosotros mismos. No podemos dormir ben y nos encontramos ansiosos por si nos  descubre la policía. Si tenemos relaciones extramaritales, nos preocparemos, mentiremos y pondremos excusas para ocultarlo. La relación con el cónyuge se deteriorará y perderemos su confianza. Nuestros hijos empezarán a sospechar que algo va mal, y se sentirán inseguros, perturbados. Nos perderán el respeto. Además de los problemas que estas actividades ocasionan en el momento, dejan impresiones en nuestro continuo mental. Estas impresiones son la causa de que nos encontremos con situaciones infelices en el futuro.

Cuando estamos apegados a la felicidad de esta vida, tendemos a exagerar la importancia de ciertas cosas, por ejemplo. pensamos "Tengo que ganar tanto dinero para sentirme feliz" Mientras no ganemos esa cantidad nos sentiremos insatisfechos. Sobre estimamos la importancia del dinero -ignorando todas  las cosas buenas de nuestra vida-; nos volvemos obsesivos y sólo pensamos en acumularlo. Además, en el caso de que logremos ese nivel de vida, nuestro apego conlleva nuevos problemas: sentimos miedo de que otros roben nuestro dinero o nos preocupamos de que la gente nos quiera sólo por nuestra cuenta bancaria.

Si no entendemos adecuadamente las palabras de Buda, podremos confundirnos y desarrollar la idea de que hemos de evitar radicalmente el disfrute de los placeres sensuales o de los seres queridos. Entonces, cuando tratamos de dejar de anhelar a esa persona u objeto, nos enfrentamos a una difícil disyuntiva: nuestras emociones dicen "Quiero esto" y nuestro intelecto responde: "¡no, eso te perjudica!". Esa batalla interna es inútil. En vez de librar esa lucha, podemos tomarnos un respiro, examinar nuestra vida y concluir que el apego hace que nos sintamos insatisfechos e infelices. Con esa prueba irrefutable de sus desventajas no querremos vernos por más tiempo en el apego.

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