Bienvenidos

Este espacio ha sido creado para que podamos tener comunicación para compartir enseñanzas, meditaciones, practicas de Dharma y cualquier tipo de cosas relacionadas con la sabiduria espiritual.



domingo, 9 de septiembre de 2012

Resolver Dudas

Algunas personas pueden sentirse culpables por ser egoístas. Esto es completamente inútil. El remordimiento es una trampa inteligente de la mente egoísta porque una vez más se centra en el "mi"  en el "qué malo soy".

Lo que se necesita no es sentir culpa, sino actuar. Cuando nos damos cuenta de que estamos siendo egoístas, podemos recordar que los demás quieren tanta felicidad como nosotros. Podemos intentar sentir lo felices que serían si les ayudáramos. Al recordar la amabilidad que todos los seres demostraron hacia nosotros tanto en vidas pasadas como en la presente, desearemos devolverles sus cuidados. De este modo nuestra actitud egoísta disminuirá espontáneamente, mientras que el deseo de ayudar a los demás se incrementará.

Eliminar nuestro egoísmo no significa que debamos dar a cada cual todo lo que desee. El altruismo debe ir unido a la sabiduría. Dar a un alcohólico una bebida no es un gesto de compasión. Permitir a un niño crecer sin disciplina no le beneficia en absoluto.

Dominar el pensamiento egocéntrico no implica tampoco que debamos rendirnos ante los demás sin defender nunca nuestras propias opiniones Cuando aparece una diferencia de opinión entre nosotros y los demás es inteligente primero liberar nuestra mente del enojo y del apego. Si tercamente nos aferramos a nuestra propia visión, simplemente porque es la nuestra, estaremos limitándonos a nosotros mismos. S de un modo obstinado rehusamos escuchar as ideas de otra persona, no podremos aprender. Pero, si aclaramos nuestra mente de todas las ideas perturbadoras, podremos ver la situación con mayor perspectiva y  buscar la mejor solución para la mayoría. Entonces, tanto si nos mantenemos a favor de nuestra idea primera como si camináramos de opinión, nuestra mente permanecerá en calma.

Algunas personas dicen: "si no fuéramos egoístas, no tendríamos ninguna ambición en la vida desarrollaríamos una actitud pasiva y careceríamos de metas". Aunque en el momento cual sea una motivación egoísta la que nos conduce a obtener buenos resultados en los exámenes, a alcanzar una posición elevada en una empresa, o a inventar nuevos ingenios, no significa necesariamente que si nos liberamos de los vínculos del pensamiento egoísta tengamos que abandonar esas actividades.

Desde luego, cuando dejamos de buscar nuestro propio beneficio dejaremos de realizar algunas acciones tales como denigrar y criticar a los demás. Sin embargo, con una motivación más compasiva podremos aspirar a realizar otro tipo de acciones. Podremos, por ejemplo, esforzarnos en el estudio y así alcanzar un conocimiento que resulte benefciosos a los demás. Podremos dedicarnos a los negocios con la actitud de utilizar nuestras habilidades para beneficiar a los demás.¨Podremos abandonar la actitud competitiva basada en nuestro egocentrismo y reemplazarla con la actitud de que aspira a hacer las cosas en beneficio de los demás de la mejor manera posible.

Aunque en el mundo de los negocios, otras personas continúen su trabajo con una actitud egoísta, eso no nos impedirá cambiar nuestra actitud. Un ejecutivo de Gong Kong me contó que sabía por propia experiencia que cuando una persona lleva sus negocios éticamente y observa un auténtico interés hacia sus clientes, proveedores y demás, estos demuestran hacia él una confianza plena. Gracias a mantener una buena relación, estos clientes continúan haciendo negocios con esa misma persona e incluso le recomiendan a otros clientes. Si el compromiso de un hombre de negocios se funda en una actitud egoísta que únicamente busca la obtención de la mayor cantidad de dinero posible y de las mayores ventajas sólo para sí mismo, esto no le resultará beneficioso a largo plazo. Su conclusión era que una ética positiva y el interés hacia los demás mejoraba el negocio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario